Santiago Chotsourian toma textos de Sófocles y lo convierte en un madrigal con las más variadas influencias
Un libro subrayado puede significar muchas cosas: la manera como un estudiante hace un resumen o la fascinación que ejerce determinado texto en una persona, que no quiere perder tiempo en encontrar y releer esas citas o conceptos que le parecieron memorables. Para el músico Santiago Chotsourian, esas líneas subrayadas con lápiz negro en su libro Edipo, de Sófocles, podrían ser tanto unas marcas de resumen como la fascinación por ciertos pasajes. Pero hoy toman una nueva significación. Son una especie de pentagrama que forma parte de una suite de ideas, palabras y mantras que estrenará mañana, en el Teatro Margarita Xirgu. La idea original fue un trabajo de Chotsourian para una tesis doctoral, pero luego tomó forma de espectáculo, que fue incluido en una de las agendas anuales del Plan Federal de Ópera y Danza, que impulsa el Ministerio de Cultura de la Nación.
Un libro subrayado puede significar muchas cosas: la manera como un estudiante hace un resumen o la fascinación que ejerce determinado texto en una persona, que no quiere perder tiempo en encontrar y releer esas citas o conceptos que le parecieron memorables. Para el músico Santiago Chotsourian, esas líneas subrayadas con lápiz negro en su libro Edipo, de Sófocles, podrían ser tanto unas marcas de resumen como la fascinación por ciertos pasajes. Pero hoy toman una nueva significación. Son una especie de pentagrama que forma parte de una suite de ideas, palabras y mantras que estrenará mañana, en el Teatro Margarita Xirgu. La idea original fue un trabajo de Chotsourian para una tesis doctoral, pero luego tomó forma de espectáculo, que fue incluido en una de las agendas anuales del Plan Federal de Ópera y Danza, que impulsa el Ministerio de Cultura de la Nación.
La definición formal es ésta: (Oidípou), madrigal en torno a Edipo en Colono y Edipo Rey. Composición de lenguajes y laboratorio coral a cargo de Santiago Chotsourian, con el grupo Erlebnis (Débora Sadler, Marcela Grois, Marina Cederbaum y Yamila Ulanovsky), el Coro Polifónico Nacional de Ciegos (con dirección de Osvaldo Manzanelli) y fabricación de Guillermo Asencio.Un libros sobre esto trabaja Chotsourian en los ensayos que cada martes y jueves se realizan en la sede del coro. La resonancia de la palabra es lo que se pone en primer plano de esos textos seleccionados -inicialmente se trabajó con un subrayado de la investigadora Jimena Schere-. En este caso, Edipo"no es un héroe trágico, es la resonancia de un nombre que se evoca en las sensaciones", dice Guillermo Asencio.
Chotsourian larga semicorcheas de su garganta para explicar, en los minutos previos al ensayo, que decidió considerarla un madrigal por la manera como los madrigalistas trabajaban la palabra. "Le dibujaban una forma florida y placentera. Cuando uno repite una palabra como un estribillo, la deja colgada para que se vea. Por eso, esto tiene algo de mántrico, litúrgico, pero también de negro spiritual, y de un osito de peluche de Taiwan", dice, ante el desconcierto del cronista.
Luego se sienta al piano y da comienzo al ensayo. Hay una doble conducción. Primero, las indicaciones del pianista a las voces del grupo Erlebnis; después, el coro que replica la conducción vocal del grupo. Un texto se repite como un loop y de pronto aparece "Un osito de peluche de Taiwan /una cáscara de nuez en el mar".
"No es un surrealismo por la misma locura. Pensamos en el disfrute, en el placer, no en la tragedia", aclara el director, mientras los cantantes susurran con su aliento, con una mano en la boca y otra en el corazón, hacia el final de un ensayo de una hora que pasa por distintos estadios, incluso por un lied de Schubert y arias de Arriaga..
Por Mauro Apicella | LA NACION
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