El evento reunió a cuatro agrupaciones corales que, bajo la batuta de sus respectivos directores, ofrecieron una variada y exquisita propuesta musical. El primero en presentarse fue Proyecto 13 Coro de Cámara, dirigido por Fabián Pípolo, quien lideró al grupo en una serie de interpretaciones de música contemporánea y clásica. Con gran precisión y armonía, Proyecto 13 dejó al público fascinado con sus ejecuciones vocales impecables, marcando un comienzo sublime para la tarde.
Le siguió el Coral Taiqué, dirigido por Viviana Mele, que trajo al escenario un repertorio cargado de matices y expresividad. Sus interpretaciones llenaron la iglesia con una energía vibrante y emotiva, destacándose por su perfecta sincronización y sus arreglos delicadamente trabajados. El público respondió con aplausos entusiastas, reconociendo el alto nivel del coro y su capacidad para transmitir la belleza de cada obra.
Más tarde, fue el turno de Aquelarre Vocal, bajo la dirección de Hernando Iraola, que se destacó por su originalidad y frescura en la interpretación de un repertorio ecléctico que fusionó lo tradicional con lo moderno. Las voces del grupo se entrelazaron de manera impecable, creando una atmósfera única que cautivó a los asistentes.
El cierre de la velada estuvo a cargo del Coro Pelle de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini de la UBA, dirigido por Leandro Valle. Este coro juvenil ofreció una actuación dinámica y poderosa, con un repertorio que combinó tanto obras clásicas como canciones populares, resaltando la calidad y dedicación de los jóvenes cantores. Su entusiasmo y entrega fueron recibidos con un caluroso aplauso, sellando una jornada coral que dejó al público con el corazón lleno de música.
El Ciclo Cantabarrios de la Red Coral Argentina ha sido, sin duda, una plataforma fundamental para la difusión de la música coral en los barrios de la Ciudad de Buenos Aires. En esta oportunidad, la iglesia ubicada en el corazón de Puerto Madero brindó el marco perfecto para un evento que reunió a cientos de personas en un espacio donde la espiritualidad y el arte se fusionaron de manera magistral.
Este tipo de iniciativas permiten que el público acceda a espectáculos de alta calidad de manera gratuita, fomentando el amor por la música coral y el encuentro entre las distintas expresiones artísticas. La jornada del domingo no solo fue un éxito en términos de convocatoria, sino también un recordatorio de la importancia de continuar apoyando y promoviendo este tipo de encuentros culturales.
Con conciertos como este, el Ciclo Cantabarrios sigue consolidándose como un espacio esencial para la música coral en Buenos Aires, acercando el talento y la pasión de los coros argentinos a distintos rincones de la ciudad y brindando al público la oportunidad de disfrutar de momentos únicos e inolvidables.
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