Acusan al director del Coro
Estable, Bernardo Moroder, de discriminar a un niño discapacitado en un
encuentro coral.
El padre de un niño que padece
una discapacidad denunció públicamente que su hijo fue discriminado por el
director del Coro Estable, Bernardo Moroder, en el Encuentro de Coros que se
llevó a cabo en la parroquia del Santísimo Sacramento.
En diálogo con El Eco
Multimedios, Carlos Osvaldo Martínez, el padre del chico, expresó que “de a
poco estamos recuperándonos del trago amargo del viernes”.
Y contó que habían estado
esperando “con muchas ganas” el evento ya que su hijo, Iván, que padece
síndrome de William con algunos aspectos autistas, “ama la música”.
“Vive a través de la
música”
“El vive a través de la
música, es una de las herramientas más importantes para ir adaptándose a la
vida cotidiana porque al tener un oído absoluto cualquier sonido o vibración
mínima lo desconcentra, o lo pone en un estado de angustia. Entonces, la buena
música, como en este caso instrumental, coral, la disfruta”, indicó.
A su vez, remarcó que a través de
la musicoterapia el niño ha avanzado mucho y que por lo tanto “un festival de
coros sin tener que viajar era la gloria, como tener el mundial en Tandil”.
“Es la segunda vez que vamos a
ver el coro municipal, pero habíamos ido a ver otros coros, siempre abriéndole
las puertas a él, para que pudiera disfrutar saliendo de la monotonía
tradicional de la familia. Es un lugar que tiene muy buena acústica, que ya
conoce, que no le va a llamar la atención otra cosa. Lo habíamos pensado
realmente como un disfrute de la buena música, y resultó siendo todo lo
contrario”, lamentó.
El hecho
Martínez relató que
repentinamente “se acercó una persona y le pidió a mi señora que retirara al
chico porque deslucía el espectáculo, y distraía al público de ver el coro”.
“Pero desde ese ángulo no se ve
el coro -argumentó- y de los coristas con los que pude hablar nadie había
escuchado a mi hijo ni nadie lo estaba mirando, no encuentro qué le pudo haber
molestado más que su gozo”, afirmó.
Y cuestionó que “es la única
persona que encontré que le haya molestado un aplauso o un elogio al coro, no
vi a nadie más que le molestara y si hubiese sido así en el primer tema
me tendría que haber dicho algo, pero no al punto de pedirme que retirara al
chico”.
Según aseguró, en primer lugar
“mi señora le dijo que no se preocupara y luego me dijo a mí que lo retirara porque
distraía al público de ver al coro, pero no es necesario ver la música para
escucharla”.
“Es algo que no entiendo porque
el que verdaderamente está disfrutando de la música, lo que pasa alrededor no
le afecta”, manifestó.
“No sé si fui el primero,
pero voy a ser el último”
El padre del niño, indignado,
expresó que “esto no nos pasó nunca en ningún lado, me agarró totalmente
desprotegido desde lo social y lo espiritual, le dije que no podía ser lo que
estaba haciendo y me volvió a decir que lo tenía que retirar. Yo le dije que
estábamos en la casa de Dios, él me dijo que el Padre lo apoyaba, y yo sabía
que eso era imposible”.
En ese momento, Martínez le
advirtió que iba a “hablar con el obispo y si era necesario con el mismo Papa,
porque me estaba echando de la casa de mi Padre y mi Madre en lo
espiritual”.
Luego, “el hombre poniéndole la
espalda a mi Cristo y a la madre María, empezó a justificarse de algo que ni
desde lo social ni desde lo espiritual tiene justificación. Salió el padre
Fernando y yo entré en llanto”.
“Nos subimos al auto y no podía
manejar. Lo más duro fue explicarle a mi otro hijo, que habían echado a su
hermano. El resto lo voy a decir donde lo tenga que decir, no sé si seré el
primero, pero seguro que voy a ser el último”, afirmó sin poder contener las
lágrimas.
“Yo tomé esa decisión y
asumo la responsabilidad, pero no hubo discriminación”, afirmó
Moroder
A su turno, Bernardo Moroder dio
su versión de lo ocurrido el viernes en la parroquia del Santísimo Sacramento.
“Voy a tomar unas palabras que él
dijo sobre su hijo, que cualquier ruido lo desconcentra, justamente ese es el
punto en cuestión. No es una cuestión visual, ellos estaban en un costado, de
modo que la visual no intervenía, sólo los veían algunos que estaban cerca. El
problema fue que el chico empezaba a emitir sonidos fuertes y después se ponía
a aplaudir en momentos en que estaban cantando muy suavemente. Eso produce gran
desconcentración al público e incluso en los artistas”, expuso.
Por otra parte, aseguró que si
bien suelen ocurrir este tipo de cosas en los conciertos, “inmediatamente
cuando un bebé empieza a llorar o a hacer ruido, los padres lo llevan afuera un
ratito hasta que se calma y vuelven a entrar. Yo esperaba que el señor hiciera
lo mismo con el chico, porque realmente hacía ruidos importantes. La gente se
daba vuelta a mirarlo, gritaba, supongo que la misma música lo llevaba a querer
a él expresarse, pero los padres no hacían nada”.
“Yo me empecé a sentir muy mal y
pensé: tengo que interrumpir el festival, tengo cuatro coros que han venido de
enormes distancias, y han trabajado mucho para esto, y tengo un público enorme
en la iglesia. Se desmorona toda la estructura. Entonces, primero se lo dije a
la madre, le pedí por favor si no podía llevarlo afuera. Le pedí, no ordené que
se lo expulsara, el señor se puso muy mal y después ni me acuerdo lo que pasó”,
aseguró.
Posteriormente, Moroder se paró
delante del público y les explicó “qué estaba pasando, porque este señor me
gritaba, me decía que me iba a denunciar al obispo, que iba a ir hasta el
Papa”.
En tanto, aclaró que “no hubo
ningún tipo de discriminación, yo escuché los ruidos y fui hacia la fuente que
producía los ruidos, no tuve ninguna cuestión con el chico, después me di
cuenta de que tenía problemas”.
“Si al chico realmente le
interesa mucho la música lo que le puedo ofrecer es que vaya a algún ensayo del
coro, si el señor Martínez quiere, hablamos con mi hija que es la directora,
que lo invite a algún ensayo y que allí sin ningún problema escuche todo lo que
quiera”, afirmó.
Una situación terrible
El director del Coro confió que
“ésta fue una situación muy terrible para mí, porque yo estaba en la disyuntiva
ya que cualquier cosa que hiciera estaba mal. Si le pedía que se fueran iba a
ser un desastre, y si interrumpía el festival iba a ser otro desastre.
Finalmente tomé una decisión que no es fácil, no me dio ningún placer, al
contrario, yo también tengo mucha angustia al respecto”.
“Incluso después hablamos con el
padre Fernando, que en ningún momento me apoyó a mí, es más al rato vino y me
dijo de todo. Yo tomé esa decisión y asumo la responsabilidad, pero insisto en
que no hubo discriminación, no hubo orden de expulsión, sino que simplemente,
de alguna manera había que solucionarlo. Yo tomé esta medida, posiblemente sea
equivocada pero no encontré otra solución”, admitió.
Finalmente, sostuvo que “pedí
algo que normalmente ocurre en todos los conciertos, que los padres salen
afuera con los bebés cuando lloran. Este señor no lo hizo, entonces se lo pedí
por favor para que pudiera seguir el espectáculo”.
Fuente:El eco digital de Tandil.
VIDEO: www.youtube.com/watch?v=F5022NedP8o
No hay comentarios:
Publicar un comentario